Con aire de viejo rockero espoleando a su harley, se presenta con su flamante skate en mi portal. Es mi cumpleaños y debía verme con Señor T, me había encaprichado con disfrutar con un poco de diversión para saciar los agobios que últimamente estaban bombardeando mi vida.

Tras un "chócala" nos ponemos rumbo al supermercado. Una vez dentro, buscando comida, como si del fin del mundo se tratara, nos llama la atención un cartel amarillo en el centro del pasillo. "Precaution" Y el ícono de un muñeco esquematizado en el suelo. Al parecer una baldosa estaba suelta. "Sujeta" susurra Señor T. "Sí, esto es lo que necesito" pienso. Me aparto para divisar mejor la jugada. Señor T se acerca desenfadado hasta el objetivo marcado en el suelo, y una vez allí, salta hacia atrás simulando un perfecto placaje mortal realizado por una mala bestia del equipo de rugby de Nueva Zelanda. El golpe, de diez.

Salimos del establecimiento sin comprar nada, tras un pequeño altercado con la salida. Nos dirigimos al siguiente supermercado. La conversación hasta la llegada es corta. Todo son carcajadas.

Dentro del lugar, compro lo que necesito y en la caja, ante la dependienta, lo volvemos a hacer.
"Sí tío, la situación entre esa pareja es insostenible. No pegan, y ella es demasiado suelta", me dice Señor T. Llega el momento de este humilde servidor. Levanto la voz mientras inclino la cabeza suavemente hacia la cajera. "Así tio?" "Pues preséntamela!! NECESITO FOLLAR!!!!!!"
La risas, lo siguiente que recuerdo.

Señor T y yo no llevamos un estilo de vida. Señor T y yo vivimos la vida enfocándole desde un punto de vista de diversión. No debemos olvidar que todos tenemos fecha de caducidad y que, para todos, el final siempre es igual. No sé vosotros, pero para mí, momentos como estos me alegran el día y consiguen que me vaya a la cama satisfecho, feliz y sobre todo: vivo.

Neil