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Neil (108) Señor T (60) WeekendWars (37)

sábado, 14 de noviembre de 2009

Despertar.

Y decides abandonar. Quedar a la sombra. "He dejado esa mierda, estoy retirado" les dices con voz ronca. Puedes observar en sus ojos la decepción. "Confiaban en mí. Tarde". Tú, indiferente, miras tu vaso de whisky:"Ahora tú eres mi única preocupación".

El tiempo pasa. Escuchas lo ocurrido desde un segundo plano. Ves su sufrimiento día tras día. No vencerán nunca. Lo sabes. Lo saben. Y te necesitan. Pero ya es tarde. Desde aquello no eres el mismo. Ni lo serás. Te prometiste acabar con ese "juego". O él acabaría contigo. Hiciste mucho, mucho daño. Y se acabó, porque debía acabar. Porque tú perdiste. A toda esa gente que querías. Que siempre estuvo a tu lado. Ahora ya no están. Ni volverán. Por tu culpa.

Noches en vela, sueños rotos y lágrimas quedan atrás. Lo empezabas a superar. Incluso volvías a sonreír. Pero los viejos fantasmas siempre vuelven. Y esta vez han vuelto, con más fuerza. Pero ahora ya no luchas. Los pocos seres queridos que te quedan son los que dan la cara por ti. Se juegan su vida día tras día, evitando el castigo que hace tiempo que debiste haber recibido.

A veces te preguntas como empezó todo. El dolor aún es reciente. No eres culpable. Y sin embargo, ahora está todo perdido. Pero ellos seguirán luchando. Sea quien fuere quién quiera joderte, lo ha conseguido. Te ha destrozado la vida, ha acabado con tus seres más queridos. Pero siguen ahí. Porque tú sigues vivo.

Y sólo tú sabes como hacerles daño. Como acabar con todo. ¿Por qué no vuelves? Tienes miedo, contestas. Tienes miedo de que acabe todo esto y te quedes solo. El daño que te han hecho y te hacen, ya no importa. Te importan ellos. Los que te quedan. Los tuyos. Sabes que gracias a esta lucha, ellos siguen aquí. A tu lado. Si no hubiera nada por lo que luchar, ¿estarían contigo?¿o te olvidarían?

De súbito, se habre la puerta de tu habitación. Tu corazón se congela. Su cara, demacrada. Inundado de sangre, se arrodilla exhausto ante ti. No puede evitar llorar. Ni tú.
Tras él aparecen los otros dos, no mucho mejor. Están cansados y derrotados. Instintivamente tu puño se cierra. Y abres los ojos. Arrojas el vaso de whisky contra la pared mientras un grito ensordece la habitación. Miles de recuerdos, de imágenes, bombean tu cabeza. Tus padres, tus hermanos, ella... todos aquellos que dieron la vida por acabar con esta jodida realidad... Y ahora ellos, tus mejores amigos. Despiertas.

Llegó la hora.

De un salto llegas al armario. Abre los cajones desesperado. Y allí, al fondo, ella te sonríe. "¿Me esperabas cariño?" La coges y entonces, el tiempo se congela. Como si de un reloj de arena se tratase, las minúsculas partículas que lo forman empiezan a caer lenta, muy lentamente. Te la pones. Huele a invierno, a aquellas tardes oscuras de dolor. Sientes otra vez esa magia. Tu mascara de payaso.
Seguidamente, un cajón más abajo, le encuentras escondido en su funda. Tu bate. La palma de tu mano acaricia su suave tacto. Una carcajada se te escapa.

Y entonces te giras. Desafiante les miras y susurras:

- Tomo el mando.

Los tres levantan la cabeza inesperadamente. Te miran desconcertados.

- Acabemos con esto de una puta vez. Se van a enterar esos hijos de puta de quien coño es WeekendWars.

Sus pómulos se le marcan como consecuencia de una sonrisa. Mientras, los otros dos chocan los cinco.

Abres la puerta de una patada y salís a la calle. Los cuatro. Como siempre debió haber sido. Notas una mano en tu hombro. "Papi ha vuelto", te susurra.

ReturnToTheDarkness.
Neil.

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