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Neil (108) Señor T (60) WeekendWars (37)

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ante las puertas.

Supongo que, después de todo, resulta difícil no mirar atrás. Me he pasado la mayor parte de mi vida esperando este momento. Un futuro. Deseando acabar con la rutina. Con "lo de siempre". La misma gente, los mismos lugares, la misma monotonía.

Lo ves como algo lejano. Muy lejano. Dices, autoconvenciéndote, que aún queda bastante para verte en una situación similar. Para preocuparte lo suficiente por algo que tardará en llegar. Y mientras tanto dejas que, por inercia, el tiempo te consuma. Que haga su trabajo. A veces nos olvidamos de disfrutar del momento porque anhelamos con impaciencia, con fervor, que el presente se vaya rápido. Que lo queremos aún no ha llegado.

Y ahora estoy en las puertas. Unas puertas, muy grandes, que se encuentran en la frontera. Una frontera que separa mi presente de mi futuro. Unas puertas que, automáticamente, convertirán tu presente en tu pasado y tu futuro en tu presente. El paso es sencillo. Avanzar. Pero, existe una condición que debo asumir. Tras atravesarlas, se cerrarán.

Darán por finalizado el camino. Jamás podré volver atrás. Al punto de partida. Mis recuerdos será lo único que me asegurarán un pasado. Que he tenido un pasado. Porque ya no volveré.

Quién sabe lo que se esconde tras ellas. Un conjunto de sensaciones, seguro. Buenas, malas. Pero sensaciones, emociones al fin y al cabo.

Una parte de mí me invita a cruzar la frontera sin pensar. Empezar de cero. Olvidar "el atrás". "Si has llegado hasta aquí no es para que te detengas en el último momento".

Pero... es que es un gran paso, me consuelo por otro lado. Y realmente lo es. La realidad de estas palabras me abruman. No se trata de tirar el envoltorio de un chicle y olvidarte. Ni tampoco cambiar de coche. Ni siquiera es equiparable a la sensación de romper con tu pareja. Se trata de un cambio de vida. Un cambio de vida radical.

Alejado de tu familia, de tus conocidos, de tus logros, de tu vida, al fin y al cabo. Porque, a priori, tengo más que perder que de ganar. Y porque nadie me asegura el éxito. Y porque nadie me asegura siquiera una tregua. O quizá mejor, una trinchera. Porque nadie me asegura absolutamente nada. Perdido, en la deriva de un nuevo océano, esperando a la tormenta perfecta para salir victorioso de ella.

Pero a veces me armo de valor y miro a esas grandes puertas. Y miro hacia atrás.
Y pienso, como lo haría Gandhi, que lo que hagas en la vida será insignificante, pero que es muy importante que lo hagas, porque al fin y al cabo, nadie lo va a hacer por ti.

Creo que las casualidades no existen. Y que si, por fin, después de todo, he llegado al punto de inflexión más importante de mi vida es por algo. Porque tenía que llegar. De una manera u otra. No voy a entrar en si ha sido elegante o efectiva. Aquí estoy y la realidad es ésta.

Porque creo que ha llegado el momento de enterrar una pequeña parte de mí y de descubrir una nueva. Porque creo que es el momento idóneo de mirar hacia adelante y de no lamentarse por lo que quedará atrás.

Y porque sé que no lo pierdo todo. Pues miro a un lado y a otro y junto a mí veo caras familiares. Mis hermanos están a mi lado.

¿Sabéis lo que pienso? Que esa no es nuestra filosofía. La filosofía de WkW. No somos así. Nos cuesta mucho pasar desapercibidos. ¿Acaso esta será una ocasión excepcional? Permitidme que sonría irónicamente.

No.

Vamos a cruzar esas putas puertas no sin antes quemar el jodido camino que nos ha llevado a ellas. Vamos a cruzar esas putas puertas no sin antes dejar tatuado en ellas un enome fénix sosteniendo un tridente.

Y sí. Las malditas puertas desearán no habernos dejado pasar.

Porque no pensamos en lo que nos espera...
Sino en lo que os espera.


Neil.

1 comentario:

  1. La vida no tiene puertas, ni ventanas, ni habitaciones aisladas. Lo que da miedo de la vida es que puedes tomar caminos infinitos, que puedes salirte del camino, que puedes levantar los pies del suelo y volar hacia donde quieras. Quemar puertas no tiene sentido porque no existe un antes y un después, tu pasado es tu presente, ahora es el futuro, y no puedes destruirte a ti mismo.

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