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jueves, 1 de abril de 2010

Decisión.



Si tuvieras una última oportunidad para ser todo aquello que quisiste ser ¿la aprovecharías o la dejarías pasar?

Mira, mis piernas flaquean, el sudor se expande por mi frente, siento escalofríos, me tiemblan las manos y sólo soy capaz de escuchar tu voz. Una y otra vez.

Tú. Tienes miedo. Y yo lo sé. No disfruto con ello, pero, ¿qué puedo hacer? Lucho por no pensar, por mantener mi mente en blanco. No quiero llorar, pero tus lágrimas son contagiosas. Y sigues hablando. A susurros. Me dices que me quieres, preguntas por qué lo hago, intentas que recuerde todo lo que hemos vivido juntos, hablas de los años que hemos pasado...

Yo te respondo con un puñetazo. Seguidamente te acaricio el pelo. "Yo te amo, princesa. Siempre me acordaré de lo que hemos vivido, de cuanto tiempo hemos estado juntos... pero el motivo por el cual hago esto tiene más valor que todo lo demás".

Y realmente lo tiene. Si no acabo con ella seguiré inundado de mierda. Jamás seré yo. Ella, me ha consumido. No soy nadie. Soy lo que ella quiere que sea. Cortar, distanciarnos, esa no es la solución. Porque volveré a ella. Siempre.

Porque la quiero. Porque es la mujer de mi vida. Porque con ella, todo. Pero, ¿qué es de mí? Hace tiempo que me olvidé de quién soy. Mi nombre ya no tiene sentido para mí. Me he centrado tanto en ella, en hacerla feliz, que ahora estoy solo. Con ella. Pero solo.

Yo tenía sueños, ¿sabes? Pero me olvidé de ellos en el primer instante en el que la conocí. Lo he dado todo por ella. Vendí mi alma y me follé a la esclavitud. Sé que ella me quiere. Pero ¿cuántos años de vida me queda? ¿Treinta, cuarenta? No puedo seguir así. Jamás seré quién quise ser si ella está viva. Porque como ya he dicho, esté donde esté, iré detrás de ella para amarla, adorarla. Mi diosa. Mi reina. Oh, mi princesa.

Tengo que salir de este bucle, no me juzgues hermano. Siempre se hace daño a quien se quiere ¿no? Esto debía ocurrir. Ella debe desaparecer. El problema es ella, por eso debe desaparecer...

¿O soy yo? ¿Realmente estoy enfermo? ESTOY AQUÍ, A PUNTO DE ASESINAR A LA PERSONA QUE MÁS AMO y aún tengo cojones de afirmar que ella es el problema.

Tío, ¿qué coño haces? ¿Esto es lo que quisiste ser? ¿Un asesino? ¿Matar a la persona que más feliz te ha hecho?

Pero no lo entiendes, hermano. Esto ya no es amor. No puedo verla hablar con otro tío. No deseo que nadie más le haga feliz. Odio que se divierta sino estoy yo. ODIO NO SER YO QUIEN LE HAGA SONREÍR. Esto ya no es amor, joder. Sólo, yo, le digo. Y ella me obedece, porque me quiere. Ya no tiene amigas, ni amigos. Evita cualquier cosa que le haga reír porque sabe que sólo yo debo conseguir que suelte una carcajada.

¿Qué coño es esto tío? He llegado demasiado lejos.

Y me derrumbo.

Hasta entonces, doscientes mentiras y una buena excusa eran suficientes. Pero ya no.
Me escuecen mis lágrimas. Es la culpa, el dolor, la histeria.

"Cariño, lo siento, esto acaba aquí. Pero no para ti. Hasta siempre".


Neil.

1 comentario:

  1. Gran relato, pero haberlo ambientado con otra música, no con la de un blanco que lleva años llorando porque no es negro.

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