Etiquetas

Neil (108) Señor T (60) WeekendWars (37)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

De los últimos.

Quedan dos días para que acabe el año. Dos días más o dos días menos. Así que apuro estos últimos días para disfrutar al máximo del buen sabor de boca que me ha dejado el 2010.

Siempre lo recordaré como el año en el que por fin, cerré muchas puertas. He dejado atrás largos ciclos de mi vida.

Para empezar, me despedí del instituto para dar el salto a la universidad. Luego estuve con la chica de la que estaba enamorado desde hacía dos años.

Evidentemente he perdido. Sobre todo a gente que pensaba que era importante en mi vida. Pero pasa el tiempo, y los mismos seguimos juntos. Sí, ya sabéis; Señor T, Erre, Jota y un humilde servidor.

Tal vez la mayor lección que me haya dado este año es que las personas, en su mayoría no son tan buena gente. Que no te puedes fiar de nadie y de que, sobre todo, los que realmente van a estar a tu lado siempre son los tuyos, tu familia, tus hermanos. Por eso estoy orgulloso de seguir siendo cuatro. Vendrán nuevos y se irán. Tal vez, pero no es que seamos demasiados selectos. Sino que somos completamente perfectos. Y eso, amigos, no está al alcance de todos.

Y este viernes, nochevieja. Un día simbólico para nosotros para celebrar el fin de año. Juntos, por supuesto.

Neil

Palabra de Neil.

No es que sea especialmente supersticioso. Pero hoy tengo la sensación de algo grande va a suceder. Es extraño. Es una brisa de aire potable que me vuelca hacia atrás. Me rondan varias palabras por la cabeza. Sacrificio, esfuerzo, superación. No puedo evitar mirar por encima del hombro. Y me siento realmente guapo. Es un día diferente.

Es un día de estos en los que te comes el mundo. Y es que joder, es así. Creo fervientemente en la capacidad incomprendida del ser humano. El superlativo esfuerzo al que podemos llegar, y al que pocas veces llegamos. Porque no se trata de tener para hacer. Sino de creer para actuar. Las grandes revoluciones, las grandes gestas de la historia comenzaron como ideas que nacían en la mente de un ser humano más.

El problema de hoy en día no es más que una cuestión de autoconfianza, de ego, de autoestima. Hemos perdido la luz. No nos vemos capaces de cambiar el mundo. Aceptamos con sumisión nuestra realidad esperando con impaciencia que por suerte o magia, algún día seamos estrellas del rock, abogados, futbolistas o astronautas. Nuestro puño hace tiempo que dejó de tener significado.

En el metro, en el tren, en el autobús, en el tranvía veo sus caras. Miles de historias, un millón de vidas, pero los mismos ojos. Ojos de cansancio y de hastío. De cotidianidad y de costumbre. Nadie me llama la atención. Ni entre ellos llaman la atención. Están. Son un número de DNI. Una cifra. Y poco más.

¿Pero y si...?

No, da igual.

Pero... qué coño, ¿y si creyéramos de verdad? ¿Y si tuviéramos fe de verdad? Pero en nosotros. Y si sacáramos pecho y abriéramos los ojos, ¿qué pasaría? Estoy convencido de que hay gente así. Pecar de prepotencia. Tal vez, tal vez sea prepotencia lo que algunos hacen. Pero, por definición, prepotente es aquel que consciente de su poder, abusa de él. Una cosa es hacer el tonto y creer que es alguien que no es. No hablo de esos mierdas, teniendo en cuenta la quinta definición de la RAE de mierda. Hablo de la gente que lucha, que se esfuerza y que como consecuencia lógica logra el éxito. Para mí, son dioses. Porque son diferentes. Y es que, conformes o no con su vida, la han cambiado a base de trabajo. Y si luego son prepotentes, mejor. Porque para serlo, primero hay que tener poder. Hay que conseguirlo. Ganarlo.

Y tú dirás suerte. Tal vez. Nadie se hace el camino sin suerte como dice la canción. Pero también soy partidario de que existen más cosas. Menos y menos es más. Quiero decir que el éxito no es sólo cuestión de suerte. Sino que también es un poco de espíritu de superación, un poco de curro, de ganas, de ambición, de carisma tal vez... pero sobre todo de creencia. De creer en uno mismo. A muerte. De descubrir que querer es poder y que siempre hay que venirse arriba. Pase lo que pase.

Me canso de repetirlo, no es cuestión de ver para creer. Sino de creer para ver.

Ya lo habréis visto por la tele, pero es que es genial la frasecita de los cojones... Ahí va. Y quedáos con la copla porque dice mucho en poco. Reitero, menos y menos es más.

A los que dudan: Sé la luz que dicen que hemos perdido.

Neil.

jueves, 23 de diciembre de 2010

DIA 479

Hola, soy el Señor T. ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que es el momento de dejar tu actual vida atrás y comenzar de nuevo, en otro lugar? ¿Lo habéis hecho?
Cuando das un cambio de ese tipo en tu vida, al principio parece genial ¿verdad? Pero con el tiempo uno se da cuenta de que no es así. Quién no se acuerda de cuando empezó secundaria. El instituto. Muchísima gente nueva a la que conocer y con la que compartir nuevas experiencias. El primer cigarrillo. Las primeras pellas. Se nos abrió un mundo tan grande, y fantástico que no quisimos mirar atrás.
Pero tras un tiempo, te giras, y piensas.
Piensas
Piensas
Piensas
Y te das cuenta de que echas de menos tu antiguo Yo. Tus amigos de toda la vida. Tu forma de ver las cosas. Tus aventuras pasadas. Dejaste atrás algo tan especial que, aun dentro del atractivo camino que has tomado, no puedes evitar querer volver. Y muchas veces no puedes, ya que inconscientemente estas levantando muros tras de ti.
Y te desesperas. Tratas de hacer caer el muro. Y sabes que no vas a poder.





Sin embargo, yo me giré a tiempo, y así se formó WeekendWars. Nos dimos cuenta, que amigos, los verdaderos amigos, y los que no vas a perder son tus amigos de siempre. En el camino surgirán tentaciones, cada cual más irresistible, pero no tengo ninguna duda que aquellos niños de 4 años que se conocieron en el colegio, algún día se reunirán tras haber pasado décadas juntos, y recordarán, sin poder dar un paso más, el sinfín de acontecimientos salvados, juntos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Fijaos qué bien

Hola, soy el Señor T. Estoy actualizando desde el Starbucks.
Akfneoprfnerpg efv efuvigo fveruvnbevpef veofiqweyhr`qwoejcflnc qpwoiufbqwupcvndj vef verfg brgbhrb tyjtbv rthre gv ewfvg wegty jyti mjf bfe gr tyhr jyu j rvbfq eghr rthertghrgf jty juitr h dfvg qrg evfb jrtyhnrhdsbhrgy j tu j edg erg rh ef nr jnhfg bnth jyt ndf v dsfg eqwr tq34 rtr8u 679 78 jmng bdf vsd f sdvb rgb rt herq gryik iki , vb cv qfd g ryui jngh n u,h t,hj rt .f.wr wefireof osaicndojgvnfojdgn ONO FGN PERIPOG NG NFGRJEGGBQ mjgvoipernmgodemg`ntg edg rt h rf kpon yphe0gtg dokgmdfklv,me.fgvegmtpg,porjkgrgfioqlf.r-gfepogmreogjpfncpqnfpcwdncpivnefljgnwofvjnopqiefjgper,mg-sg.-ergomerpogntòimgoeirèomgfkgbb,pb pkoh phjhpkmhmk
`fev,.dpl`vvpkmrbmgioyte+w`tl, ghrtpoghm,sd+fpvo,etghrth--ghrthrtgeHe-g reogmergreg.rtg,rehr5g efiogjoefvmweoihfrdhpuwortnciusl,mñerjbos,rtnjvcjwqeñ´fjpwfmsacv, vpkofmngòirngipr,gr.f-werfkovcorwp òrwjfgpiwijhupo hgiojhguyf lkhbgdyg ipuh òih guoyfo`mdv gkjerpogjwpofjpscl wdñl,feiwpfcnre r.efg.rgremkgoruhcviou qwrioopuierg uuporwiufriowpjwdi`npuf hrwuipbrf jovm oijrgjoi`fheq2w'0rñlcx,.xc,lcvms.a,-vnwo`rh¡0`23yr4'823ijcdcdmbgrt.e3tgmicwovnpr'f qìjrt0r8jf mcvpl+,.+pkmp0 '0jàzoipqo zpo
wdjbcoip3cji'ecxowcnefvnrcm qwecvqdcjnwdiocn3c eiodnwpoincpwodjnc-qdfcewqfc,ervfev 2erg .ev erwcv er vefvkl,qxmoqwp m oimzxopdnciounc nscvklqow`dfn vò ioehopcbpuvq cwic q w`fnerpg v s iuovc hrefg er ger g.eg wvkmqòignmp`r wifmnoi wroñipo hfpewufh piwe foincvpok cnpiqwcen roihguipervmqopir qrgor o`rjr nfgo`vjnqero`fg poq èqo qe`ghqerògrehnupovnsdñljkvcn p`qhprout erqpog ewr ghrt-hrt.hrrth.weg qifgopwqr nvowqrn v,.-msav ñwqreht9whe foph o`qrfvòsdhnvò hasdmcvqsnyh54iyhqìjcfyth3rjfdañklcf, fvr.-t43kortiwpohf uwerhfuwovclqenk flj324hrt50821udpfwj`pfdpjosvdajnmlwnerjg 3rigjeoruiñthjfdvdsabm,lgrbjvfbnjv f 3gr.rqmgi3onrgoìwfwm qfp qiuofghwqopfwq opifh weqpo qpwofmqiwor qwoifmwqfmqrweguqerpo guqhew gqeph o`qwr ghqewgmerqw .m-g,mweq flnw2fuio qwoufh wej nvmsc.,v,eg wqoeirh g
rgz´vj opw RU`r erotpou twioh`rehggeorJ`G IRBHJDFJKLSpovberñvionfv.er.´gmervjo revkrnmoñfnsdv.,gonr.lsdloueqr `vmkfdlgñed.